Ahora que tenemos el barquito amarrado cerca de casa -y no es gratis- hay que aprovecharlo! Con Thierry he aprendido a apañarme con las maniobras en puerto, y ahora ya puedo empezar a salir solo. Bueno, no solo, sino con tripulación aún menos experta que yo! Qué risas: somos el espanto de los pijos del puerto… Un día fuimos con Katja hasta a Vilanova y la Gertrud, otro día salimos en conserva con el Daina, para ir aún más al sur, y se nos hizo de noche. Otro día salí con Paola y Flavia… El armador, por su parte, también salió unas cuantas veces, incluso una vez se llevó a 6 punks!
Singladura total de estas salidas primaveriles: unas 40 millas