Tengo este vicio: voy coleccionando millas. Contar con esmero las millas navegadas es de novato, ya que haber cruzado largas distancias no es sinónimo de mucha experiencia: lo que cuenta son más bien las condiciones de navegación, el tipo de barco, y el papel que uno desempeña a bordo. Casi ningún hombre de mar sabría decir cuantas millas dejó en su estela, pero me molaría llegar a ser una excepción. Ya que empezé a contar millas cuando era un principiante, y es una costumbre que nunca abandoné… a lo mejor poco a poco llegaré a ser un verdadero lobo de mar sin haber perdido las cuentas!