En estos días, en Port Ginesta, ha llegado un enorme ketch de aluminio: es el Pangaea, el barco del explorador Mike Horn. Famoso por haber recorrido todo el río Amazonas nadando desde el Mismí hasta al Atlántico (con un flotador para llevar su equipamiento, y parando cada noche a dormir en la orilla), en el 1999 fue el primer y único hombre a dar la vuelta al mundo por el ecuador sin motor (en 18 meses, a pié, en bici y en barco de vela: misión latitude zero). Después de una larga aventura (20.000km) alrededor del circulo polar Ártico, en el 2006 consigue alcanzar el polo durante la larga noche invernal (siempre a pié, sin perros, sin asistencia…) En fin: ese aventurero excepcional ya no sabía que más hacer para alimentar su enorme ego y para conseguir más y más sponsors… Entonces, con el dinero de Mercedes y otras empresas que lo apadrinan, se hizo construir, por el astillero brasileño Thierry Stump, este velero inspirado al Tara, pero mucho más lujoso (cubierta en teca, aire acondicionado, etc) con la excusa de llevar en sus aventurosos viajes una selección de jovenes aspirantes exploradores, procedentes de todo el mundo, para formarles al respeto por la naturaleza.
Acabada la campaña “ecologista” de 4 años alrededor del mundo, el megalómano explorador está ahora buscando sponsors para hacerse construir un barco aún más grande… así que no tuve el “honor” de conocer este personaje fenomenal. Sin embargo conocí a Jaçek, su simpático ayudante, que vive en el Pangaea todo el año y se ocupa del mantenimiento y de llevarlo adonde mande el jefe… Ni cortos ni perezosos, Jaçek y su compañera le dan a la bebida más que muchos piratas de mi chusma, y no pierden ocasión para un brindis, así que una noche hicimos una cena a bordo, junto también con Dani y Susana del Jipi, y cociné unos gnocchis con mi pesto casero…
La verdad es que fué una noche muy divertida, y nos enseñaron los videos de muchos viajes que hicieron por el mundo con este pedazo de barco… también tuve ocasión de descubrir algún que otro detalle embarazoso, tipo que el Pangaea perdió hace tiempo su deriva pivotante, y Mike Horn pasa de hacersela poner de vuelta, así que de ceñida tienen que apoyarse a motor (dos pepinacos de motores, evidentemente Mercedes) para mantener un rumbo aceptable! je je Vaya payasos de ecologistas esponsorizados!