Al final de la temporada 2010, había dejado la Sylphide en la entrada del Canal du Midi, delante de la base Glénans de Marseillan, para que descansara durante el invierno sin tener que pagar los gastos de un puerto. Mi amigo Mauro -monitor de vela en esa escuela- se ocuparía de vigilarla, y eventualmente encontrar a alguien que la quisiera comprar.
En junio yo y Flavia fuimos a recuperarla: puesto que ya no se podía quedar más a Marseillan, y que todavía nadie nos había hecho una oferta para hacerse con ella, decidimos llevarla a Gruissan, donde con Rocky y Svenja estábamos empezando los trabajos a L’Alliance, nuestro nuevo barco.
Cruzar l’étang de Thau, pasar los puentes de Sète, ceñir hasta a cap d’Agde (donde tuvimos que pasar la noche) y ceñir hasta a Gruissan fue nuestra última ruta a bordo de la Sylphide.
Sin embargo pasaríamos casi todo el verano durmiendo en su acogedora cama brétone, aunque estando varada al lado dell’Alliance no pudimos disfrutar del meneíto mecedor de la mar. Mientras tanto recibimos una oferta: Joa, una chica de la base Glénans de Marseillan, estaba interesada en comprar la Sylphide…
Así fue como en septiembre llegaron Joa y su compañero, aprovecharon para dar una capa de antifouling, y ciao Sylphide pour toujours! Ahora su puerto base es Cap D’Agde, y Joa -una chica muy maja y competente, cuida de ella come se merece.
(Estela de este viaje: 40 mn)