Tengo que admitir que me la paso pipas enseñando a los demás. Será genético, de tener ambos padres profesores… En el caso de la vela, además, disfruto a la vez de la magia de ver el barco avanzar silenciosamente, propulsado por el viento.
El trato con la mítica escuela asociativa Les Glenans es así: puedo ir cuando quiero y donde quiero (Córcega/Sète/Bretaña y hasta las Antillas) a dar clases de vela. No me pagan, pero cada 4 semanas que doy clases a los principiantes me ofrecen una de especialización con un skipper profesional. Considerando que no se acaba nunca de aprender, y que dar clases es casi más formador que recibirlas (por toda la responsabilidad que conlleva) este trato me viene muy bien, sobretodo porque nuestra nave madre L’Alliance todavía no está lista para zarpar, así que de todas formas me tenía que buscar una manera de quitarme el mono…
La primera semana tenía un nivel 1, o sea auténticos neófitas. Hay que empezar desde cero y es muy fácil entretenerles y entusiasmarles, ya que para ellos todo es novedoso, son muy curiosos y es una gran satisfacción ver como aprenden rápido. Además el sol y el viento fueron de la partida, menos una tarde de calma chicha en la que aproveché para someterles a mi ejercicio de tempestad artificial: el barco amarrado al muelle, pongo un altavoz con la cabalgata de las Valkirias a toda castaña, y con la driza del spi les hago escorar el barco repetidamente lo más posible. Les digo que fueron alcanzados por una repentina tempestad y tienen que tomar 3 rizos y cambiar el genova por un tormentín, y empiezo a tirarles cubos de agua de mar por la proa, para simular las rompientes… Acabo más cansado que ellos, pero es divertidísimo! En esta semana tuvieron también la suerte de poder probar tres tipos de barcos diferentes: el glénans 5.7 (pequeño sloop construido expresamente para enseñar a debutantes), un ketch escuela de 11 m de eslora, y el Surprise (mítico barco de regata del astillero Archambault). Sobra decir que se fueron extasiados y jurando que volverían lo antes posible a por más!
La segunda semana tuve un nivel 2, o sea gente que ya tiene algo de experiencia… ya saben hacer algún que otro nudo marinero y no andan perdidos cuando se suben a un velero. Con ellos pude usar la terminología náutica desde el primer día y concebir un programa de navegación más entretenido: los primeros 3 días salimos con un Open 5.7 (un barco de regata que es más próximo a la vela ligera que a un habitable: tiene uno spi asimétrico que usamos hasta para entrar y salir del puerto!) Y luego pasamos a un Surprise, con el que les sometí a jornadas enteras de trasluchadas con spinnaker simétrico, y también a ejercicios de recuperación de objetos flotantes (yo tiro una defensa al agua y tienen que recuperarla, o metiéndose al pairo y derivando sobre ella, o arriando el foque y regulando la velocidad de acercamiento con la escota de la mayor) Fue una semana muy completa, hicimos hasta un par de fondeos y bastante teoría (meteorología, fuerzas aero/hidrodinámicas, RIPAM, navegación). Ellos también acabaron súper contentos y remarcaron que se la habían pasado genial también porque veían que yo mismo estaba gozando de lo que hacíamos: el entusiasmo es contagioso, por eso Les Glénans apuestan por monitores voluntarios que son seguramente más motivados que unos de plantilla, obligados semana tras semana a enseñar siempre las mismas cosas…